Ana María Zambrano. México
Una de las tradiciones más fuertes, coloridas y fotografiadas de Ciudad de México se cumplió el pasado diciembre, aunque en esta ocasión con una variante: miles de fieles se acercaron hasta la Basílica de Guadalupe para rendirle honores y pagar sus promesas ante la “morenita del Tepeyac”.
La novedad este baño fue que cientos de migrantes que acudieron para pedirle a la Virgen que los ayudara a consolidar una nueva vida, y especialmente llevar a feliz término su camino hacia Estados Unidos.
Como todos los años, los peregrinos llegaron a uno de los templos más visitados del mundo a propósito del 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. De rodillas para pagar sus promesas, cargando imágenes, mantos, pero sobre todo, llenos de fe, los mexicanos y también muchos extranjeros acudieron a la Basílica para orar, cantar y demostrar su devoción.
Autoridades del Gobierno de México calcularon que este 2024 acudieron más de 13 millones de personas, entre el 6 y el 12 de diciembre, en la fecha en que se conmemora la aparición de la Virgen al indio Juan Diego.
Entre los fieles se podían apreciar extranjeros, especialmente venezolanos, quienes atraviesan un largo y difícil recorrido desde el sur del continente para llegar a cumplir su sueño americano. Hombres, mujeres y muchos niños rezaban para que su viaje culminara lo más pronto posible, y aunque prefirieron no mostrar sus rostros en cámara no descansaban en agradecer el albergue que hasta la fecha la tierra azteca les brindaba.
La peregrinación hacia la Guadalupe representa una de las manifestaciones de fe católica más grandes del mundo. Los venezolanos recordaban con emoción cuando en su país podían visitar y rendirle honores a la Divina Pastora, en Barquisimeto, estado Lara.
No importa edad, sexo, limitación física o condición climática, visitar a la Virgen en diciembre siempre será prioridad para los mexicanos y extranjeros.
Fotografías: Carlos Balza @carbalzac
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