Angela Ameruoso. Italia. Especial para Bienhallados
Fotos tomadas de internet
Los orígenes del carnaval de Venecia se remontan al siglo XI, según documento con fecha 1268 en el cual se prohíbe la práctica de arrojar huevos a las damas durante las fiestas.
El Ducado de Venecia, que funcionaba como una República independiente, era próspero gracias al movimiento económico que generaba el puerto de Venecia.
El intercambio cultural que generaba el comercio, produjo el florecimiento de fiestas en las cuales la gente usaba elegantes trajes de la época, pero sobre todo se hacía hincapié en el uso de extravagantes máscaras que imitaban personajes públicos, como burla o crítica política. Esta práctica abrió las puertas a una de las escuelas de máscaras más famosas del mundo.
Con el tiempo estas fiestas fueron decretadas por el gobierno local como Carnaval, donde se permitían muchas actitudes que el resto del año eran castigadas. Cuando Napoleón ocupó el Ducado de Venecia, en 1.797, prohibió el Carnaval porque temía que se produjeran conspiraciones y rebeldías de ciudadanos disfrazados. Esta prohibición originó que el Carnaval se mudara a fiestas privadas, lo que le hizo perder su presencia y carisma de evento popular.
Luego de 200 años, en 1979, el Carnaval de Venecia salió de los clubes y teatros privados, para nuevamente conquistar los espacios públicos. Trajes de época, máscaras que representaban personajes del medioevo veneciano, plumas, colores y arlequines, recorrían -y recorren aún- las calles y los puentes de la famosa ciudad de los canales.
Las personas oriundas de Venecia se visten con elegantes trajes que les dejaron abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Se colocan las máscaras y salen a pasear en góndolas por los canales y las callejuelas.
A los visitantes que quieren hacer lo mismo, no les queda más opción que adquirir copias de esos trajes, a precios “de locura”, para colocárselos y sentirse en la época medieval del Ducado de Venecia.
“El vuelo del Ángel”, constituye uno de los eventos cumbre. En la plaza San Marcos de Venecia, el primer domingo de la festividad, se lanza desde el campanario del Palacio Ducal, una persona vestida de ángel blanco, que se desliza a través de un cable metálico, simulando un vuelo, hasta llegar al centro de la plaza para ser recibido por los asistentes.
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