Fallece Aquiles Báez, habrá “guateque celestial” (+videos)

José Luis Díaz Afonso/BienHallados/Especial

Mientras llevaba al mundo su mayor pasión, este 12 de septiembre de 2022, en la ciudad alemana de Aachen, la muerte sorprendió a Aquiles Báez. En realidad, sorprendió a todo el movimiento musical internacional. El maestro de la guitarra, el músico amigo de sus amigos, solidario, creativo e innovador del sonido con acento venezolano, víctima de un infarto, partió.

La última entrevista a Aquiles Báez fue realizada por la escritora Linda D’Ambrosio | Foto cortesía de Instagram

Báez puso de moda y hasta “oficializó” el popular “guateque” caraqueño. Una reunión de profesionales y amantes de la música dando riendas sueltas a las versiones más increíbles del cancionero venezolano. Probablemente, esa inquietud nació durante su adolescencia, cuando en los escalones que daban acceso al edificio donde vivía en San Bernardino, cuatro en mano, junto a su hermano gemelo, (también fallecido) Gustavo, ponían a cantar a sus compañeros del liceo Carlos Soublette.

Las voces más bellas acompañaron siempre los arreglos y composiciones de Aquiles Báez

Aquiles tiene en su historia muchas horas de vuelo musical. Ampliamente conocido en Europa, había iniciado una nueva gira organizada por D’Ambrosio Producciones, empresa cuya directora le realizó la última entrevista con fines divulgativos y de promoción, publicada por Venezuela Press.

 Aquiles manifestó que Europa Tour septiembre 2022 tenía en su itinerario recorrer 10 ciudades en cinco países: España, Suiza, Francia, Alemania y Portugal, en los que realizaría una veintena de eventos entre conciertos y talleres.

Pero el destino determinó otra cosa.  Solo alcanzó completar las presentaciones en España, donde estaban previstas actuaciones en el Centro de Arte Tradicionarius de Barcelona y, a continuación, Madrid, donde  el día 4 de septiembre en el conocido Café Berlín, dio un excelente concierto.

Aquiles Báez también fue un partidario de las canciones humorísticas. Aquí junto a Emilio Lovera interpreta un tema ecatológico

Con 17 producciones discográficas a cuestas, en una industria nada fácil cuando se trata de artistas nacionales, el maestro Báez deja muchos planes pendientes. En su última entrevista anunció que: “Para empezar, estoy sacando un libro de composiciones instrumentales mías. Después, pienso sacar un libro de canciones cantadas, y luego un libro de piezas para guitarra, como guitarrista clásico. Además, pienso sacar dos discos, uno que se llama Para ella y otro que se llama Una tristeza. Y tengo como cinco discos más en puerta, que están ya grabados. Creo que vivo lleno de planes. Ahora mismo acabo de terminar de hacer la música de una obra de teatro de Héctor Manrique que es sobre Simón Bolívar y está muy buena. Espero que también se presente próximamente en España. Así que hay muchas cosas por hacer”.

Todo un maestro, las nuevas generaciones de músicos lo siguen con atención

Sin embargo, ante la pregunta: ¿Qué te ha hecho más feliz?, respondió: “Yo creo que ser papá es lo que más feliz me ha hecho en la vida (…)”. La obra artística de este talentoso caraqueño, nacido el 1 de marzo de 1964, perdurará para ejemplo y deleite del público amante de la buena música.

Los amigos de Aquiles Báez han puesto a circular por las redes sociales este escrito de Aquiles con motivo de su cumpleaños 58, con fecha 01 de marzo 2022

Hoy es un dia particular es un dia de recordar la vida, porque Dios me trajo al mundo, tal dia como hoy, hace 58 años. Pero también trajo a mi hermano gemelo, Gustavo, que desde hace unos años no está con nosotros, él está en el otro plano. El año en que nacimos, era un año bisiesto, por lo que mi mamá entro a parir un 29 de febrero, pero se le retrasó un poco la cosa y terminamos naciendo un 1 de Marzo el a las 6am , y yo a las 6:15am respectivamente. A mucha gente le decíamos que habíamos nacido el 29 de febrero, cuento que todavía hoy muchas personas creen. Somos ochomesinos, algo que parece es muy común en los partos múltiples.


Hoy no tengo a Gustavo ni tampoco a mi mamá, por lo que llevo conmigo un halo de tristeza. Es la primera vez que no voy a tener a mi mamá para que me felicite a primera hora de la mañana. Es muy extraño, porque siento que tengo que esperar su llamada aunque no esté. Y sé que gustavo estará celebrando con ella este onomástico. Supongo que es parte del apego de hijo que se niega a sentir que su madre está ahora en otro plano. Son tiempos de adaptación.


Estoy en una encrucijada difícil, de mi linea de sangre inicial con la que crecí, solo me queda mi hermano Julio, y ahora de este segundo aliento, están mis hijos Aquiles y Andrea, pero ellos son amores nuevos, y aunque los amo desde ese instante que nacieron, no me llevan a mis recuerdos primarios de infancia. Como sea es difícil este sentimiento encontrado entre la vida y la muerte, además de sentir que como todos vamos en cuenta regresiva. Desde que murió mi mamá hace un mes, me siento vacío, algo de mi escencia falta, me siento desolado y solo. Desde hace varios días estoy lleno de tristeza, no estoy deprimido, es solo que la tristeza ha llegado a mi corazón y que me hace sentir vulnerable. Siento que una parte de mi ya no está. Por supuesto, en la vida vivimos varias muertes en vida y convivimos con ellas, e incluso varias veces resucitamos, pero no se como manejar esta perdida, que está en lo más hondo de mi ser.


En estos días han vuelto mis memorias de cuando era un niño, supongo que eso es algo normal en estos casos. He estado recordando mucho los tiempos en que mis hermanos y yo éramos pequeños, y mi mamá, nos llevaba a la casita que era el Ateneo de Caracas, donde estaba Eduardo el Gallego en el cafetín, que siempre nos invitaba unas orange crunch. También recuerdo, esos juegos por los pasillos del Aula Magna, donde jugábamos a la par que actuabamos todo el núcleo familiar, en la Ópera de los Tres Centavos dirigida por Herman Lejter, con el Teatro Universitario de la UCV. Son hermosos recuerdos de cuando era niño.


He estado recordando mucho la ternura de mi mamá, a pesar de trabajar, trabajar y estudiar todo el día, nos dormía enseñándonos desde grandes lecturas, como El Principito, los cuentos de Aquiles Nazoa, Las Mil y una noche o el Príncipe Feliz y el Gigante Egiosta de Oscar Wilde, hasta libros de poesía como Platero y yo, o Giraluna de Andrés Eloy Blanco. Luego los fines de semana íbamos a la Cinemateca Nacional y ver películas diferentes a los niños de esa época, cosas como Limonada Joe, Un día un Gato, Fantasía, y un pocote de comiquitas polacas que no recuerdo el nombre. Recuerdo una vez que ella se puso a llorar porque le pedimos que nos comprara un helado, y ella solo tenia para uno. Entonces decidió que nos iríamos caminando de vuelta a la casa, para poder comprarnos un helado a cada uno y después los que estábamos llorando éramos nosotros.


También han venido a mi memoria mis recuerdos de la Vela de Coro. Cuando ibamos a la Vela, teníamos unas experiencias maravillosas llenas de fantasía, con mis tíos abuelos. Mi tío Tute nos llevaba a mis hermanos y a mi, por esos caminos desérticos y selváticos, a matar un supuesto Tigre que nunca apareció. Creo que desde esa época, me quedó la afición por matar tigres. Mi tío Alfonso, nos llevaba a ver las matas de espagueti y de billetes que supuestamente él tenía. Mi tio muy ocioso se ponía a pegar en unos cujíes un poco de billetes ( todos de baja denominación, por supuesto) y Pedazos de pasta en los árboles xerófitos de la Caja de Agua, un terreno en donde vivía, que queda en la entrada de la Vela, para sorprendernos, pienso hoy que es algo muy hermoso, no el engaño sino la dedicación para sorprendernos. Él tenía además un caballo, cualquier cantidad de Chivos, Cochinos, Gansos, Gallinas, pájaros varios y cuanto animal había, era como una especie de zoológico personal, además tenía 14 hijos que algunos de ellos, los menores coinciden en la edad de nosotros, todo esto en una casita rural, de máximo tenía tres habitaciones, en donde a veces nos quedamos a dormir con ese gentío en una hamaca en el zaguán de la casa.


También me vienen a mi memoria, esos recuerdos de mis inicios en la música tocando cuatro con mis hermanos y amenizando cuanta fiesta familiar existía. En la casa se escuchaba mucha música y eran frecuentes las visitas a Soledad Bravo, que es como una tía para mi, y toda la gente increíble que iba a donde Soledad y que conocí estando muy pequeño sin saber que después serían mis referentes musicales. Casa de Soledad, la amiga de mi mamá, conocí personajes maravillosos como Lilia Vera, Alfredo Zitarroza, Mercedes Sosa, Facundo Cabral, etc. También están en mi memoria esos grandes amigos de mi mamá que eran poetas y que no entendía mucho lo que hacían, pero lloraban mucho de la emoción cuando algo los conmovía. Ellos eran sumamente cariñosos con nosotros, eran como unos tíos. Ahí en la memoria está mi tía La Negra Maggi y toda su familia, ella estaba casada con otro particular amigo de mi mamá, Salvador Garmendia.


También íbamos a ver los panitas de mi mamá que eran de la República del Este, Caupolicán Ovalles, El chino Valera Mora, David Alizo, Vinicio Romero, etc. Siendo unos niños frecuentamos al famoso triángulo de las Bermudas, ( el Vecchio Molino, La Bajada y el Franco), otras veces íbamos donde Suzy, una Húngara que tenía un restaurancito detrás de lo que hoy es La Previsora, llamado el Tic-Tac.
Estaban las salidas maravillosas con mis hermosas primas, Coromoto y Enoé, que ellas son parte de mi infancia, cada vez que me remito la memoria a mi infancia ellas están presentes. Enoé, decía que era mi novia cuando yo tenía 5 años , pero ella era diez años mayor que yo. Un día mi mamá me dice, “Aquiles: Enoé siempre va a ser mayor que tú, cuando tú tengas 20 años ella tendrá 30”. La siguiente vez que la vi, le dije: sabes una cosa, ya no eres mi novia, y Enoé le decía a mi mamá, porque le dijiste eso, y mi mamá le respondió, es que tiene que aprender a ver la realidad. Mi madre siempre tan particular, que siempre tenía una visión diferente a todo el mundo y, sin embargo, era totalmente certera.


Recuerdo con esa austeridad con la que vivíamos, sin embargo, todos los meses a mi madrina Morelita, llegaba con un mercado que cubría la necesidad de tres niños criados bajo un régimen austero, cosa que siempre agradeceré. Mi abuela Mamá Toya, siempre decía: “Morelita tiene un gran corazón” y que yo tenía que quererla mucho, y eso hago. Después mi madrina también pagó mis primeros estudios de guitarra y ha sido una segunda mamá para mi. Tambien tenia otra madrina, Elena Albo, que era compañera de estudios de mi mamá, de origen judío y que fue muy cercana no solo a mí, sino a todos mis hermanos, ella ya tampoco está con nosotros, pero pienso siempre que es uno de esos ángeles que me protege desde donde está, ella también es parte fundamental de mi infancia.


Después empezó mi acercamiento a la música clásica a través de la Orquesta Nacional Infantil, que mi mamá me apoyó. En esa época no teníamos muchos recursos económicos, así es que la opción para mi, un chico de 12 años, era irme pidiendo cola en la Cota Mil, desde San Bernardino a Altamira, donde quedaba el núcleo de la orquesta. Cuando no conseguía cola, me iba caminando ese recorrido.


También mi mamá nos llevaba a sus clases donde era alumna en la UCV, así es que la Universidad llego a mi vida, mucho antes de estudiar en ella. En estos días se ha disparado mi memoria. Es como un flashback de mi vida, donde la memoria pasa a ser un recurso para entender la vida.


Empece estas palabras porque hoy quiero celebrar a Gustavo, un ser brillante, que siempre fue mucho mejor estudiante que yo, mucho mas leido y también más social. Desde que murió, me ha tocado ser una parte de él, me he convertido en alguien que escribe, que lee más y que también es más social, eso lo hago por ti Gustavo, la otra parte de mi. Gustavo, este cumpleaños hoy y siempre cada 1 de marzo, va por ti y por mí, de hecho desde que no estás en este plano, siempre celebro tu cumpleaños. Estoy en este tiempo de reflexión, viendo el pasado desde esa memoria que queda en el recuerdo.

También quiero celebrar la extraordinaria madre que tuve. Ahora desde que murió mi mamá, estoy viendo la maravilla y todo el esfuerzo que hizo ella para que fuéramos personas autenticas, originales, sin miedo a la vida, y felices. Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, sin embargo, siempre he pensado que tuve como mamá una gran mujer, así como particular. Hoy quiero agradecerle mucho, todo lo que soy se lo debo a esa maravillosa mujer que me parió.


Hoy 1 de marzo, también celebro la vida que he tenido, las cosas hermosas que he vivido y los errores que me han hecho reflexionar y ser una mejor persona. También siento que vivo el futuro a través de mis hijos y de todos los muchachos que he no solo apoyado, sino que me he convertido en una suerte de mentor. Ahora también me toca vivir para rescatar la Casa Azul de la Vela, que es una labor titánica desde la autogestión, pienso poner ahí un Centro Cultural, que pueda mejorar la formación y la educación de la gente de la zona. Por Gustavo, por Mama Toya y por mi mamá, tengo que hacer esa labor, que es la de ser un constructor de país, desde las ideas. Uno puede hacer la diferencia es eso es lo importante, esa fue una de las grandes lecciones que nos dejó mi mamá. Uno solo es lo que tiene que ser, y sin embargo, somos un milagro de dios. ¡Que Viva la Vida!

Aquiles Baéz.

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